2024, año de guerra y lucha

Una mujer alza un cartel en contra del genocidio en Gaza en una manifestación de la comunidad palestina en Santiago de Chile el 5 de octubre, 2024. Foto © Sofía Yanjarí.

Opinión • Kevin H. Martínez • 19 de diciembre, 2024 • Read in English

El 2024 cierra como un año convulso, marcado por la funesta intensificación de la guerra y el avance de la derecha fascista a nivel global. Fue el primer año entero de Ojalá, un año de mucho crecimiento, aprendizaje, seguimiento y acompañamiento de luchas y momentos de derrota a lo largo de Abya Yala.

En octubre se cumplió un año del genocidio de Israel que sigue sangrando a lxs palestinxs en Gaza y la guerra se extendió en la región.

Las protestas de los campamentos de universidades estadounidenses para frenar la cooperación con Israel, como el de la universidad de Columbia reportado por Mariana Navarrete, tuvieron eco en México en la UNAM y se manifestaron también durante la 46 marcha LGBT en la Ciudad de México, cubierta por Lizbeth Hernández bajo la consigna “Con genocidio no hay orgullo”

Con gran perspicacia, la lingüista Silvana Rabinovich en entrevista con Pablo Pérez analizó los mecanismos discursivos a través de los que Israel ha buscado construir la legitimidad de un estado genocida. 

Como recientemente contó Claudia López Pardo, gestos solidarios —como una acción feminista en Cochabamba, Bolivia, contra el bombardeo de Rafah— han sido criminalizados por las autoridades.

Manifestantes de la marcha “Con genocidio no hay orgullo” en la Ciudad de México, junio de 2024. Foto © Lizbeth Hernández.

Lucha feminista: rabia y debate

Como ya es costumbre, este año las luchas feministas inundaron las calles de América Latina. 

Nuestra cobertura del Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo abarcó manifestaciones en Argentina, Chile, México y Colombia. La jornada de protesta en este último país, reportada por Daniela Díaz, estuvo marcada por la represión policiaca de la protesta feminista, al igual que en México, donde el gobierno del estado de Nuevo León parece haber adoptado una política criminalizante del movimiento feminista.

“En México y Palestina nos queremos libres y vivas”. 8 de marzo, 2024, Ciudad de México. Foto © Dawn Marie Paley.

También miramos el trasfondo de todo este movimiento, en el cual está en curso un proceso menos visible: el debate en espacios asamblearios. Andrea Sato y Raquel Gutiérrez reflexionaron en sendas columnas a partir de una pregunta que allí ha aparecido de manera recurrente: ¿cómo mantener y potenciar la fuerza feminista desplegada en el último ciclo de movilización

Hace tiempo que el debate ha superado la igualdad de género. Nuestras colaboraciones han explorado el papel de las mujeres en la lucha contra la precariedad, la pertinencia de regresar al debate del trabajo, y cómo las mujeres se abren paso en los sindicatos en Chile.

Militarización y neoliberalismo

Este año inició con un espectacular despliegue de violencia en Ecuador que sirvió de pretexto para la declaración por decreto de un estado de excepción que se asemeja a lo ya ocurrido en Colombia y México. En nombre del combate al narcotráfico, el gobierno ecuatoriano ha incrementado la militarización y la securitización que, a final de cuentas, son usados en perjuicio del pueblo. 

Lisbeth Moya González reportó cómo este decreto había dado carta blanca a las fuerzas estatales para violar derechos humanos y había sido usado en contra de manifestantes, y Kimberley Brown compartió como la autodefensa feminista está tomando importancia en un contexto cada vez mas violento.

El triunfo de Claudia Sheinbaum en México no podía limitarse a las celebraciones vacías del quiebre del techo de cristal. Dawn Marie Paley y Gutiérrez criticaron la herencia militarista de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que Sheinbaum asumiría sin reparos. 

Una mujer sostiene un cartel con el retrato del expresidente Andrés Manuel López Obrador con la leyenda “Farsante” durante la marcha por el décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en la Ciudad de México. 26 de septiembre, 2024. Foto © Pablo Pérez.

Reportamos en mayo sobre la decepción que experimentan familiares de personas desaparecidas con el gobierno de AMLO. Empecinado en pugnas políticas por asegurar el control de su partido sobre la política —como la reforma al poder judicial—, el expresidente dio la espalda a los movimientos que lo llevaron al poder. Este mismo sentimiento fue manifiesto durante las protestas por el penoso décimo aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, días antes de la toma de protesta de Sheinbaum.

En Argentina, el primer año de gobierno de Milei ha impuesto una versión actualizada de la ofensiva neoliberal y de derecha. A pesar de los elogios de cifras macroeconómicas, la resistencia en las calles a las medidas de Milei ha sido constante, tanto por los tradicionales sindicatos y la sociedad civil durante el paro del 24 de enero y por las feministas y personas de la diversidad sexual y de género, todos estos eventos cubiertos por le periodista Valen Iricibar en Buenos Aires. El odio diseminado por el gobierno va más allá del discurso y ha tenido efectos muy reales, como el ataque contra cuatro mujeres lesbianas que mató a tres de ellas y dejó herida a una más.

Manifestantes dejan flores en un altar instalado por la comunidad LGBTQIA+ y vecinxs en la entrada de la pensión donde tuvo lugar la masacre contra dos parejas de mujeres lesbianas en el barrio de Barracas, Buenos Aires. Hay cuatro velas, una por cada una de las víctimas: Pamela, Roxana, Andrea y Sofía. Tres fueron asesinadas y una permanecía en el hospital. 13 de mayo, 2024. Foto © Valen Iricibar.

El impasse constituyente y la continuidad neoliberal del gobierno de Gabriel Boric en Chile siguen siendo sujeto de diversas demandas sociales. Andrea Salazar Navia y Claudia Hernández Aliaga contaron en junio cómo el estado ha respondido a la falta de acceso a la vivienda con desalojos en medio de un duro invierno. La resultante creación de asentamientos irregulares pone en peligro a sus habitantes ante los incendios —como los de principios de año sobre los que reportó Yasna Mussa— que últimamente se han vuelto recurrentes. 

Nuestro columnista Huáscar Salazar Lohman recapitulaba la descomposición política fruto de la disputa por el control del partido de gobierno en Bolivia. Hubo una breve intentona de golpe de Estado por parte del ejército, que resultó ser un capítulo más de la pelea entre Evo Morales y Luis Arce. Morales hizo uso de su enorme influencia para organizar una serie de bloqueos que paralizaron el centro de Bolivia a mediados de octubre, luego de que se revelaron los abusos sexuales que ha llevado a cabo por años. El repudio contra sus actos ha cambiado los márgenes de lo que anteriormente se consideraba aceptable.

La defensa de la tierra y el agua

La escasez y abundancia de agua generadas por la crisis climática se convirtieron en un problema para diferentes comunidades de la región. En agosto, William Costa contó cómo el trabajo comunitario ha sido la principal respuesta a los recurrentes episodios de inundaciones en Asunción, Paraguay.

En Sonora, México, el agua se acapara para el agronegocio, como explica Ramón I. Centeno. Eso ocurre bajo el amparo de una ley de Aguas privatizadora que, como recuerda Sergio Alejandro Pérez Muñoz, proviene del paquete de medidas neoliberales impulsadas hace ya más de treinta años. 

La defensa del agua también es motivo de represión. En Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, se persigue constantemente a lxs defensores del agua. Nadia Bernal reportó sobre la criminalización de la lucha de mujeres otomíes contra el saqueo de agua en Santiago Mexquititlán, Querétaro.

A la criminalización de la lucha de pueblos indígenas y campesinos este año se suman la aprobación de iniciativas legales regresivas como la enmienda constitucional conocida como “reforma indígena”. Aprobada en septiembre, la reforma bloquea el reconocimiento de la autonomía de los pueblos sobre su vida política, sus tierras y agua, como explica Yuteita Hoyos Ramos.

La serpiente Kai Kai Vilú es la protectora del agua en la cosmovisión mapuche. Ilustración original © PazConNadie.

En Honduras, Jared Olson ha dado seguimiento a la sangrienta represión en contra de los campesinos del valle del Aguán donde, a pesar de las promesas de la presidenta izquierdista Xiomara Castro de acabar con la minería, en septiembre fue asesinado Juan López, uno de los rostros más visibles de la lucha por el río Guapinol.

Este año, en colaboración con Traficantes de Sueños y Bajo Tierra Ediciones, publicamos dos cuadernos, uno sobre el 8 de marzo y otro sobre el levantamiento comunal en Guatemala.

Agradecemos el seguimiento del trabajo que llevamos a cabo durante este año y deseamos mucha fuerza para las, los y lxs compañerxs en resistencia y lucha en un 2025 que se vislumbra complicado. En particular queremos dar la gracias a todxs nuestrxs colaboradores y a quienes han apoyado a Ojalá de mil maneras.

En enero estaremos de vuelta con más voces, historias y arte feminista y comunitario. También anunciaremos las personas becadas por la convocatoria Ojalá + Resilience Fund. Por primera vez, el año entrante lanzaremos un llamado para donativos, pidiendo por primera vez apoyo de parte de ustedes, nuestrxs queridxs lectorxs. 

Si no se han dado de alta todavía, aquí el enlace para nuestro boletín semanal.

Felices fiestas, y que el 2025 sea un año de mucha militancia.

Kevin H. Martínez

Kevin H. Martínez. Estudió sociología. Le interesa la diversidad lingüística, le gustan los mapas y escuchar historias. Es editor asistente en Ojalá.

Kevin H. Martínez. He studied sociology. He is interested in linguistic diversity, likes maps and listening to stories. He is assistant editor at Ojalá.

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