Lecturas feministas de las elecciones en Paraguay

Miles de mujeres de todas las edades salieron a exigir sus derechos en Asunción, convocadas por la Articulación Feminista de Paraguay, el 8 de marzo de 2022. Photo: Mayeli Villaba.

Entrevista • Alejandra Estigarribia • 15 de junio de 2023 • Read in English

El 30 de abril hubo elecciones generales en Paraguay. El Partido Colorado logró mantener el control del aparato estatal, con mayoría simple en el parlamento. Este partido, también conocido como la Asociación Nacional Republicana (ANR), ha estado en el poder durante los últimos 70 años y es el partido que sostuvo a la dictadura militar de Alfredo Stroessner.

No era sorpresa que ganara el partido oficialista, pero sí hubieron elementos nuevos en la coyuntura, como la cantidad de votos que consiguió el Partido Cruzada Nacional —de tinte autoritario y bolsonarista— liderado por el exsenador Paraguayo ‘Payo’ Cubas: se alzó con 22 por ciento de los votos para la presidencia.

Por otro lado, la izquierda, agrupada en el Frente Guasu, pasó de tener siete bancas en la Cámara Alta a tener una sola.

Para tratar de entender las continuidades y los cambios en Paraguay, hablé primero con mis compañeras feministas. Juntas decidimos que sería bueno tener una conversación con compañeras de distintos sectores para tener una perspectiva más amplia. Aprovechamos el espacio en Ojalá para juntarnos y tener una discusión —y apapacho— después del bajón electoral.

Hablamos de la debilidad de las candidaturas de Efraín Alegre y Soledad Nuñez al frente de la concertación de partidos de oposición que se formó como intento de terminar con la gestión del Partido Colorado.

También tocamos el estado de la izquierda y la rápida respuesta feminista a la elección de Rafael Esquivel (alias Mbururú), senador electo por el Cruzada Nacional, quien hace ocho meses se encuentra encarcelado por abuso sexual hacia una menor de edad. El cambio de mando se da recién en agosto, y las campañas para evitar su toma de cargo siguen en pie.

En la conversación estuvimos presentes mujeres que trabajan en el campo con productores, como Nadia López (Asociación de Feriantes de Liberación, San Pedro) y María Ramona Acuña (Organización Campesina Cultiva Paraguay), otras con actividades a favor de las mujeres en Asunción, como Myrian Acuña (periodista, Mujeres con Discapacidades), Mabel Candia (CasaFem), Jessica Arias y Laura González (Rebeldes del Sur - Bañado Sur), Araceli Medina (Kuña Afro), Felicia Martinez (Bañado Tacumbú) y junto conmigo, otras dos compañeras feministas, Ana Galeano y Gabriela Schvartzman.

Para arrancar la conversación, pedí a las demás que nos fuéramos tratando de situarnos frente a las elecciones, de entender cómo estamos viendo nosotras esta coyuntura y de reflexionar un poco qué es lo que sentimos que sigue. El texto es una transcripción de parte de lo que conversamos con las compañeras que acudieron al llamado, editada para mayor claridad y brevedad.

Gabriela Schvartzman (activista feminista y ecologista): Se fortalece la hegemonía del Partido Colorado; ya van a ser casi 80 años que tienen el dominio absoluto del aparato político en un país con una historia de mucho autoritarismo y de liderazgos personalistas y mesiánicos.

La tradición política de Paraguay lastimosamente no es democrática, eso lo muestran los datos históricos. Hemos tenido algunas primaveras democráticas, por ejemplo, la de 1936, con la revolución de febrero. En el contexto de ese momento parecía que iba a florecer una alianza de fuerzas donde estaban socialistas, comunistas, liberales y colorados, y finalmente esa alianza no duró un año porque había elementos progresistas y elementos de derecha que finalmente minaron el proyecto, que terminó cayendo.

Después hubo otra primavera democrática en 1946–1947, en la que se conformó un breve gobierno de coalición entre liberales, febreristas y comunistas y, por último, el el gobierno de Fernando Lugo en el 2008, con la Alianza Patriótica para el Cambio, que articuló a la oposición con una tendencia progresista. Este gobierno tampoco terminó su periodo y fue derrocado utilizando estrategias de lawfare (persecución judicial), como posteriormente se usarían contra otros procesos de la región.

Que gane el Partido Colorado con este aparato aceitado ya por tantos años, en un terreno en donde las ideas autoritarias están muy consolidadas, no es novedad. Si miramos los resultados electorales podemos ver que el Partido Colorado no sacó un porcentaje mucho mayor en comparación con otras elecciones: siempre tuvo entre 42 por ciento y 46 por ciento de los votos en las elecciones pasadas.

La oposición cayó estrepitosamente, no sé si es una sorpresa pero es llamativo lo mal que le fue a la oposición en estas elecciones. Para la izquierda, los resultados fueron catastróficos.

Por otro lado hay sorpresas muy interesantes.

El voto preferencial fue una enorme sorpresa porque logró posicionar mejor a varios candidatos y candidatas. Esperanza Martínez, senadora electa por la coalición de partidos de izquierda, estaba en el puesto número cuatro en la lista y el voto preferencial la posicionó en el primer lugar.

Johanna Ortega también fue electa diputada por Asunción por medio de una coalición de partidos, entre ellos el Liberal y varios de izquierda. Ella estaba en el puesto número dos de la lista y fue el voto preferencial el que la llevó al puesto número uno y pudo entrar al parlamento.

Aquí hay varias lecturas que tenemos que hacer. La gente se cansó de los líderes machistas de izquierda que están atornillados a sus sillas en el congreso.

En este momento Esperanza Martínez y Johanna Ortega están liderando la izquierda y estoy convencida de que fue el voto feminista el que las llevó ahí.

Ambas son personas que se definen como feministas de izquierda y, sin ocultar su posicionamiento político, ellas lograron el voto preferencial.

Esa es una señal de que las organizaciones de mujeres, las mujeres y los feminismos están teniendo una posición muy interesante en la cual se puede hacer una buena avanzada. Y cuando digo nueva avanzada, me refiero a seguir organizándonos, seguir llegando a los territorios, seguir estando en los barrios.

Este es nuestro momento, este es un termómetro que nos indica claramente cómo están las cosas.

Si fuera por las estructuras partidarias y liderazgos machistas, estas dos compañeras no tenían que entrar al congreso, por eso las pusieron por debajo de otros candidatos, y el voto preferencial las llevó a ganar un lugar en el parlamento. Conste que yo estoy descreída de los procesos electorales pero ahí hay una clara señal que atender para continuar haciendo lo que estamos haciendo.

Myrian Acuña (periodista, Mujeres con Discapacidades): Aquí, estamos hartos del Partido Colorado, de tanta corrupción. Si miramos los resultados, la mayoría no eligió al Partido Colorado.

Si la oposición no se une para enfrentar a los colorados, vamos a vivir con un gobierno ausente, en pocas palabras, en la narcopolítica.

Mabel Candia (CasaFem): Yo creo que mucho todavía vamos a analizar estas elecciones. Yo me quedé shockeada por el fenómeno Payo Cubas.

Eso es algo que de verdad no me esperaba con ese impacto, sabía que estaba, que tenía esos arranques, y yo veo que la gente del sector popular se sintió identificada con Payo que se va y le enfrenta a la ANR. Eso muestra que la gente de verdad está cansada de la ANR.

Estamos cansados de este sistema. Aquí mi crítica es a la izquierda que no supo dar respuesta a esta indignación. No supo capitalizar la indignación y la rabia de la ciudadanía que fue en su mayoría convocada en TikTok. Esa gente se sigue manifestando hasta hoy denunciando que hubo fraude.

Yo sabía que Efraín Alegre no iba a llegar muy lejos porque la gente no se siente identificada con Efraín ni con Sole Nuñez, que representa una clase más pudiente, por más que ellos digan que va a terminar la ANR, la gente no cree.

El discurso de Payo Cubas es un discurso antiderechos y eso le convocó a la gente. Él tiene un discurso ‘bolsonarista’, de ultraderecha.

Con estas elecciones nos dimos cuenta de que las mujeres estamos mejor organizadas.

Esperanza Martínez y Johanna Ortega son quienes ingresaron por parte de la izquierda. Pero en realidad no hay democracia, el congreso es del Partido Colorado, ¿cómo podemos decir que hay democracia si ellos controlan todo?

En este contexto tan difícil, lo que a mí me levantó fue la convocatoria de las chicas para impedir el juramento del senador electo Rafael Esquivel. Eso es muy importante en este momento de desmoralización y bajón, es importante que nos contagiemos de esa energía y esperanza.

Las compañeras convocaron a movilizarse ante este caso y allí salieron más casos, esa es una acción sumamente política. Es importante que nosotras como movimiento feminista podamos dar respuesta ante esta coyuntura ya que estamos organizadas hace años.

Maria Ramona Acuña (Organización Campesina Cultiva Paraguay): La tristeza es compartida. La responsabilidad es de los dirigentes, de los parlamentarios que finalmente se colocaron de vuelta como candidatos, cuando hay una necesidad muy grande de renovación de las figuras y de las ideas y quizás también de cómo llegamos a la gente.

La victoria del Partido Colorado se debe al enorme fracaso en el discurso, en el planteamiento y en los proyectos de la izquierda, y a la fragmentación de la oposición.

Jessica Arias y Laura González (Rebeldes del Sur - Bañado Sur): Queremos sumarnos a la catarsis de la situación después de las elecciones. Nosotras sabemos cómo viene ejerciendo la política el Partido Colorado hace 70 años.

Me da mucha rabia que haya ganado el Partido Colorado porque sabemos que esto implica que vamos a tener que seguir haciendo polladas (colectas para pagar tratamientos médicos), que vamos a tener que recolectar dinero para comprar remedios, que nosotras vamos a tener que ir a salvarle a las compañeras que están sufriendo violencia, que vamos a tener que ir a pelearnos a la comisaría, o sea, todas las cosas van a seguir igual.

Quienes llevan la peor parte somos las mujeres porque tenemos que defendernos de la violencia de la sociedad y del Estado, sin ningún recurso.

​Pensar en lo que se nos viene y motivarnos a estar más juntas, más organizadas y en las calles es un compromiso, desde nuestros lugares de militancia y trabajo en las comunidades, ir construyendo juntas las políticas y las candidaturas que queremos, y que de verdad nos representen porque vienen de abajo, porque construyen día a día. Así nos motivamos juntas para poder hacer frente a 5 años más de gobierno corrupto, narco y antidemocrático en nuestro país.

Ana Galeano (feminista): El día lunes (1 de mayo) después de las elecciones, cuando todas estábamos shockeadas todavía, a míi me sobrepuso que en uno de nuestros grupos salió la necesidad de rápidamente posicionarnos y tratar de armar equipo y tratar de tener toda la información recabada del senador electo [Rafael] Esquivel, que tiene denuncias y un prontuario de años de violencia.

Esta posibilidad de reacción se debe a lo que venimos construyendo en nuestros espacios, sabemos que estos espacios finalmente son los espacios de construcción colectiva, de confianza y es lo que nos permite tener los pies en la tierra cuando todo se hace más duro y más difícil, como normalmente es para nosotras.

La idea es aprovechar esta oportunidad y darnos ese espacio para pensar la coyuntura desde nuestras organizaciones y desde lo que venimos construyendo juntas.

Pero también venimos de un golpe que dejó muchísimas heridas que todavía no terminamos de sanar y de un progresismo que no se hizo cargo de sus decisiones. Hay un proceso de desgaste de las organizaciones políticas y esas organizaciones permearon los movimientos sociales y nuestras organizaciones populares.

Ahí yo rescato la práctica y lógica distinta que tratamos de construir y el ejercicio de autocrítica que hacemos desde los feminismos, porque realmente cada vez es más evidente que no existe una propuesta democrática que pueda convivir con una lógica sectaria, machista que impone sus intereses particulares por encima de las necesidades de la gente.

Tenemos el desafío de confrontar y disputar en los territorios esta lógica del modelo prebendario y de violencia que impone el Partido Colorado. Tenemos el desafío de confrontar el negacionismo de la dictadura, o sea, la idea de que no existió una dictadura.

Hay toda una generación que no vivió en dictadura pero que tampoco tiene registro porque la educación nunca fue democrática, el modelo educativo nunca fue democrático. La estructura del modelo educativo sigue intacta desde la dictadura y eso garantizó el statu quo y lo sigue haciendo.

No por nada el Ministerio de Educación es el bastión para los fundamentalistas. Es importante dar batalla en esos espacios y confrontar y disputar cada vez que podamos.

Por otro lado, nosotras todavía no pudimos tener un registro de la historia de la pandemia. ¿Quiénes gestionaron la pandemia ante el colapso del sistema de salud? Fueron las ollas populares y la lógica de preservar la vida, y tener esa claridad es lo que nos ayudó a sobrevivir.

Y es esa misma claridad la que el domingo posterior a las elecciones nos hizo juntarnos y decir que no podemos dejar que Rafael Esquivel asuma como senador, o sea, partir de lo concreto, de las necesidades concretas que tenemos que gestionar.

Yo creo que no va a ser un proceso a corto plazo, pero estamos en el camino y es importante darle el crédito a estos espacios de construcción política.

Nadia López (Asociación de Feriantes de Liberación, San Pedro): Las dos facciones del Partido Colorado me parecen terribles. Una es la que encubre al expresidente Horacio Cartes, que es un mafioso a nivel regional y, por otro lado, el actual presidente Mario Abdo que se va a llorarle a EEUU para que vengan a ayudarnos con el cartel (Horacio Cartes), como si fuéramos el patio trasero de EEUU.

En este contexto, la izquierda no ofrece una alternativa, no hace autocrítica. Somos las mujeres las que generamos espacios en donde encontrarnos y analizar lo que pasa. La izquierda está confundida porque no hace trabajo en los territorios, no quieren ir a las bases, están atornillados a sus puestos.

Nuestra situación social de Paraguay es una bomba de tiempo. Nosotras debemos seguir apostando a la construcción de los procesos y debemos entender que los procesos no son inmediatos, pero nosotras venimos a contribuir al cambio.

Debemos seguir fortaleciendo nuestros procesos por fuera de las estructuras, así como empezó el 8M, en la plaza, en las calles, conversando con tu vecina, siempre tratando de visibilizar la realidad.

Araceli Medina (Kuña Afro): El voto joven iba a ser un voto decisivo para el cambio pero existe un enorme desprecio por parte de los jóvenes hacia la política, hay un sentimiento de “todos son lo mismo”.

La tarea hoy es profundizar el debate y el encuentro. Si bien, compartimos casi dos horas de conversación, quedamos aún con ganas y necesidad de seguir el intercambio. Esta quizás es una de las tareas más importantes dentro de nuestros espacios de militancia cotidiana en adelante, y en la práctica política en general: poder incorporar efectivamente, en los espacios más amplios de articulación y de coincidencias reivindicativas, lógicas en las que la autocrítica y la crítica respetuosa sean valoradas y sostengan los procesos colectivos.

Alejandra Estigarribia

Soy de Paraguay y vivo en Nueva York. En ambos lugares soy parte de grupos feministas anticapitalistas, en Nueva York de la Plataforma Feminista de Investigación de Violencias y en Paraguay de Las Simonas. Además soy madre y trabajadora a tiempo completo.  

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