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El antifeminismo burdo de Agustín Laje llega a México

Ilustración original para Ojalá © Citlali Potamu.

Reportaje • Melissa Amezcua • 19 de abril, 2024 • Read in English

Mientras Agustín Laje se vanagloriaba de haber eliminado el Ministerio de la Mujer, el lenguaje incluyente y lo que él llamó el aparato de adoctrinamiento mediático del Estado en Argentina, la gente que lo escuchaba en la Iglesia Emanuel en el centro de la Ciudad de México lo celebraba con la euforia que provocaría un triunfo nacionalista: el del antifeminismo. 

Laje es una estrella en alza de los llamados nuevos líderes de la ultraderecha. 

Fue recibido en la Ciudad de México como solían ser recibidos los ídolos del fútbol, un rockstar de la época. Aquellos cuyos fanáticos son capaces de esperar formados por más de una hora para ingresar al recinto donde se presente, así sea bajo la ola de calor que afecta la ciudad, sumado a otro par de horas para escucharlo dentro de un domo religioso con tintes de bodega, un techo de lámina y más gente que sillas disponibles, por lo cual hubo que improvisar con la venta de agua y permanecer de pie. 

Cerca de un millar de personas asistió al evento que, aunque contó con la presencia de otros cinco conferencistas nacionales, fue saturado con el anuncio de que asistiría Laje.

La mayoría de sus seguidores se aseguró de tener una copia de alguno de sus libros, y a pesar de que el evento duró cerca de cinco horas, no tuvieron reparo en formarse otro par de horas para esperar por un autógrafo del conferencista y tomarse, orgullosos, una selfie con el argentino de 35 años. 

En las últimas semanas, Laje realizó una gira por Mexicali y Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, Cuernavaca, capital del céntrico estado de Morelos, y Naucalpan en el Estado de México. Su evento en la Ciudad de México fue la última parada de su gira por la “reconstrucción cultural” en el país. Sin demasiada publicidad más que la de sus propias redes sociales, el argentino llenó cada recinto en el que se presentó. 

Que Laje esté en contra del aborto y los derechos LGBTQ+ no es ninguna novedad. Pero la reiteración de su discurso pareció cautivar a cerca de un millar de personas de todas las edades que asistieron el sábado 6 de abril a escucharlo en una iglesia evangélica en la colonia Tránsito de la Ciudad de México. 

“Dicen que cobra en dólares por presentación”, dijo una asistente mientras esperaba para entrar a la iglesia. Otra aseguró que en la última visita de Laje, a la que también asistió, un grupo de feministas protestaron afuera del recinto en la ciudad de Toluca, pero “eran pocas y apenas si hicieron montón”, expresó. 

Una mujer más joven que escuchaba la conversación, dijo emocionada, que Laje ya había publicado en su cuenta de Instagram que había llegado a la Ciudad de México. “¡Ya está aquí, dice que viene a las seis de la tarde”, dijo.

Con casi una hora y media de retraso, Laje fue recibido con ovaciones, gritos y aplausos. Un ídolo antiderechos que ante sus seguidores se presentó no sólo como un ferviente seguidor del actual presidente de Argentina, Javier Milei, sino como uno de sus más cercanos amigos. 

Este personaje ha construido una carrera literaria y política a través de la negación y burla contra el feminismo y los derechos LGTBQ+. 
Lanza ataques verbales hacia las minorías y lo que la teórica feminista Sara Ahmed
llamaría la Política Cultural de las Emociones, por motivar a cierto grupo social a proteger lo que consideran los valores esenciales de una nación. En el caso latinoamericano, centra la religión cristiana y usa discursos de odio, racismo, clasismo y otros recursos absolutistas más cercanos a los de un sacerdote que de un politólogo. 

“Eliminamos a la policía del pensamiento que ustedes llaman Conapred [Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación], eliminamos todo el aparato de adoctrinamiento mediático del Estado, que funcionaba como aguantadero de periodistas militantes de izquierda, que le carcomía la cabeza a la gente las veinticuatro horas”, dijo el argentino tras motivar a sus oyentes a no claudicar ante una posible próxima derrota electoral. “¡Por favor, no bajen los brazos!”

El andamiaje que sostiene a Laje

Con Laje no todo es retórica. Para que su carrera lograra el auge actual, fuera recibido por tal cantidad de personas, y en 2023 su libro “Generación Idiotaacabara en el sexto lugar de los más vendidos en México, requirió de recursos humanos y financieros, aliados ideológicos y personajes con poder político vigente por toda la región. 

Gracias a él mismo y sus presentaciones, es conocida su cercanía con políticos como Jair Bolsonaro, expresidente de Brasil, Fabricio Alvarado, diputado de Costa Rica, Eduardo Verástegui, un ex-actor de telenovelas de México que intentó contender, sin éxito, por la presidencia del país por la vía independiente. De la misma forma, ha cultivado cercanía con el ex diputado local de Nuevo León por Morena, Carlos Leal, el periodista estadounidense de ultraderecha Michael J. Knowles, e incluso la cantante y actriz argentina radicada en México, Sabrina Sabrok, quien por cierto estuvo en su presentación en la capital mexicana. 

Laje no es ningún desconocido para la clase política mexicana. En 2019 se jactó de haber dado una conferencia en la Cámara de Diputados, este mismo año fue cancelada su presentación en la Universidad LaSalle por protestas estudiantiles. Y en 2021, junto a Santiago Abascal del partido español ultranacionalista VOX se presentó para dar una conferencia en el Senado de la República, un hecho que dividió incluso al propio partido de la derecha en México y fue repudiado por el resto de los partidos políticos por prestar espacios públicos a políticos que promueven discursos de odio contra minorías. 

La mayoría de sus eventos en México fueron patrocinados por el Frente Nacional por la Familia (FNF), un lobby político de ultraderecha que se ha posicionado abiertamente contra la interrupción del embarazo, los derechos de las personas homosexuales, lesbianas y transgénero.

El FNF surgió en 2016 en México tras el decreto ejecutivo de Enrique Peña Nieto de garantizar el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. Organizado por distintas organizaciones que defienden la familia tradicional y los valores cristianos, el FNF fue cimentado por la Unión Nacional de Padres de Familia A.C. Actualmente están relacionados con el Yunque, una organización religiosa semi-clandestina, asociada al Partido Acción Nacional (PAN). 

También han habido funcionarios públicos activos o asesores políticos que no han tenido reparo en aparecer en las primeras filas de sus eventos. 

En Mexicali, la presentación estuvo dirigida por la asesora legislativa del PAN Alicia Galván López. En Cuernavaca, activistas publicaron su repudio a que el gobierno estatal de Morelos prestara el auditorio público de Teopanzolco para la conferencia de Laje. Entre ellas destacó la carta abierta publicada por la defensora social Oralba Castillo. 

Y Naucalpan fue el lugar que más políticos convocó. De acuerdo a reportes locales de prensa el evento fue organizado por Agustín Belgodere, regidor del municipio mexiquense, y contó con la presencia de Fernando Flores, alcalde de Metepec, así como del priista David Parra Sánchez y el panista Jorge Ernesto Inzunza, diputados local y federal, respectivamente. 

En la Ciudad de México, la diputada del PAN Teresa Castell estuvo presente en el último evento de Laje.

Castell ha obtenido reflectores por sus enfrentamientos dentro del Congreso de la Unión con las diputadas transgénero Salma Luévano y María Clemente. La legisladora, quien representa al Estado de México, fue sancionada por el Tribunal Electoral por violencia de género. 

En 2017 fue candidata independiente a la gubernatura del mismo estado, aunque su postulación fue cuestionada por estar presuntamente relacionada al bloque priista comandado por el exgobernador Eruviel Ávila. Desde entonces, Castell ya emitía posturas homofóbicas y antiabortos.

Más de cinco conferencistas religiosos bombardearon a la audiencia con la temática de que el progresismo es una amenaza social durante toda la tarde que duró este evento llamado “Reconstrucción Cultural”. Se aludió en repetidas ocasiones a la libertad de conciencia, de culto y expresión, pero jamás al Estado laico. Tampoco se mencionó a ningún partido político, salvo la alusión que Laje hizo de la diputada panista presente en la primera fila. 

La charla más exitosa después de la que ofreció Laje fue la de Jorge Aguiñaga, una especie de Laje mexicano, estridente, que también convocó fila de autógrafos tras su discurso de cerca de 40 minutos. Aguiñaga se dedicó, a modo de burla, a atacar a familias homoparentales y a personajes de la izquierda histórica como Carlos Marx, Federico Engels, Simone de Beauvoir —a quien llamó “desquiciada”— entre otros. 

Aguiñaga obtuvo el ímpetu de la gente con la falacia alarmista de que el avance de la izquierda y los derechos humanos tienen como finalidad la supuesta destrucción de la familia tradicional y entrometerse en la ideología de las infancias. 

Otro detalle: para entrar al evento de Laje en la Ciudad de México, hubo que depositar 250 pesos mexicanos a la cuenta de Diana Raquel Ulloa Matus, quien de acuerdo a la Plataforma Digital Nacional ha ostentado varios cargos como funcionaria pública, como la de Titular de Orientación y Bienestar Juvenil del Instituto Municipal de la Juventud de Benito Juárez, Quintana Roo, y Jefa del Departamento de Convocatorias y Concursos del Instituto Municipal de la Mujer del mismo lugar. 

La contraofensiva antifeminista 

El éxito del discurso de Laje, probablemente, se deba a la tropicalización de sus ideas para aproximarse a su audiencia. Durante el evento en la Ciudad de México, presentó, a manera de comedia, videos de protestas feministas en la Ciudad de México y Guadalajara. 

El discurso antifeminista de Laje no es único en América Latina, sino que forma parte de la ultraderecha transnacional. 

En entrevista para Ojalá, Almudena Cabezas, investigadora en feminismos y América Latina, aseguró que se debe a que el establishment comenzó a apreciar el feminismo, lo contracultural se volvió antifeminista.

“El auge del antifeminismo o fundamentalismo se debe a que su agenda ha elegido al movimiento más potente de la última década que es el feminismo, que articula la protesta en la calle como no lo ha podido articular ningún otro movimiento”, sostuvo Cabezas. 

Considera que el impacto de este movimiento antiderechos viene impulsado con fuerza desde los partidos políticos y los think tanks. Por eso la importancia de entender la trama que sostiene a Laje en México. 

Ante la pregunta de cómo hacer frente a estos embates contra el movimiento de las mujeres y los derechos LGBTQ+, la especialista dijo que la clave es la interseccionalización de líneas como la clase y la raza pues, desde el discurso fundamentalista, se ha jugado mucho con estos temas.

“Hay que hacer un feminismo del 99 por ciento… Y olvidarnos de la agenda transaccional del business feminism, que está actualmente en las instituciones globales”, explicó Cabezas.

Apelar al individualismo y sus emociones ha sido una herramienta muy utilizada por líderes políticos como Laje. Reducirlo todo a ejemplos extremistas, o a la literalidad descontextualizada fue, precisamente, uno de los métodos que más aplausos le generó. 

En el escenario en la Ciudad de México, Laje mostró las protestas de mujeres el 8 de Marzo, en donde se han intervenido monumentos y edificios como forma de protesta contra la inacción del Estado. 

Se mofó de que jamás una vida o un feminicidio se haya evitado tras “destrozar una pared o una iglesia”. Pero ignora que las manifestaciones feministas no son hechos aislados. Están contextualizadas en el hartazgo social y son consecuencia de la impunidad del sistema de justicia ante los casos de violencia feminicida.

Por eso el feminismo es una corriente ideológica compleja. En la teoría y en la práctica, es opuesta a la literalidad, un recurso sumamente utilizado por los detractores.