“Un poco de justicia”
Entrevista a María Luisa Nuñez Barojas, fundadora del colectivo de búsqueda Voz de los Desaparecidos en Puebla, México.
Entrevista • Dawn Marie Paley • 5 de abril 2023 • Read in English
María Luisa Nuñez Barojas representa la esperanza de México. Es una esperanza que nace del dolor extremo, casi impensable, de una mujer buscando a su hijo desaparecido.
Nuñez Barojas es abogada, nacida en el seno de una familia campesina en Tehuizo, un pueblo con vista al Pico de Orizaba en el estado de Puebla. Lleva más de cinco años defendiendo los derechos de las víctimas de desaparición forzada, trabajando como asesora jurídica de forma altruista.
El viernes 28 de abril de 2017 su hijo, Juan de Dios Nuñez Barojas fue desaparecido junto con los hermanos Abraham y Vicente Basurto Linares, en el municipio de Palmar de Bravo, Puebla. Los hermanos Basurto Linares eran militares: Vicente, en activo, y Abraham, en proceso de darse de baja como soldado.
La última vez que Nuñez Barojas supo de su hijo, estaba regresando a casa después de haber hecho unos pagos. Tenía 23 años y estaba preparándose para su boda, que sería el siguiente fin de semana.
“Ya voy para la casa, mami”, le dijo Juan de Dios.
Fueron las últimas palabras que Nuñez Barojas escuchó de parte de su hijo.
A la primera luz del día siguiente, Nuñez Barojas empezó una búsqueda que cambiaría su vida. Rápidamente confirmó que los hermanos Basurto Linares tampoco habían llegado a casa. Junto con la familia Basurto Linares fueron a revisar todas las comandancias de la policía local, a la base de la Policía Militar, y con la Policía Federal.
“Pensamos que a lo mejor se habrían pasado de copas, habrían cometido alguna estupidez y estarían detenidos”, dijo. “En la mente no había forma de pensar… Ni siquiera cupo dentro de mis posibilidades algo tan horroroso, tan terrorífico como la desaparición”.
Para entonces, la desaparición en Puebla empezó a incrementar. En febrero de 2023, había casi 2,500 personas desaparecidas y no localizadas en el estado. Por eso, Nuñez Barojas levantó un colectivo de familiares, hoy llamado Voz de los Desaparecidos en Puebla.
En febrero pasado, en 2022, Nuñez Barojas encontró el cuerpo de su hijo. Menos de un mes después, el 8 de marzo, ella estaba de vuelta en las calles, caminando junto a miles de mujeres más en la ciudad de Puebla. Por su lucha nace la esperanza de justicia en México.
A principios de año, tuve la oportunidad de sentarme con María Luisa en un restaurante cerca de la Fiscalía General de Puebla. Llegó vestida muy formal, que luego me dijo era parte de cómo ha aprendido a moverse dentro de las instituciones mexicanas para hacerse escuchar y respetar. Nuestra entrevista ha sido ligeramente editada por claridad y extensión.
Dawn Marie Paley: En un principio levantaron una denuncia colectiva de desaparición de parte de las dos familias. ¿Me puedes hablar de cómo fue este primer tiempo después de la desaparición de Juan de Dios y los hermanos Basurto Linares?
María Luisa Nuñez Barojas: Sí. Ese sábado salimos todo el día a buscar, nos fuimos a diferentes lugares y ya el domingo tomamos la decisión de presentar una sola denuncia por la desaparición de los tres. Así fue como acudimos a Tecamachalco y se levantó [la denuncia].
Pues así empezamos a buscarlos, en caminos, en brechas. Cuando sabíamos que encontraron un cuerpo, acudimos siempre con la esperanza de que no fueran ellos. Fíjate que siempre, siempre se tiene la esperanza de encontrarlos bien, de encontrarlos con vida.
DMP: Y para el año siguiente surge el colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla. Platícame de eso.
MLNB: El 10 de mayo de 2018, yo tengo la idea de que hagamos una manifestación aquí en Fiscalía. No conocía a nadie, a ninguna familia que viviera en la situación que estábamos pasando en ese momento. Nada más entre la familia de Abraham y Vicente y nosotros—mi familia es muy chiquitita. Nos trasladamos en un autobús que les prestaron a ellos, no veníamos más de 15 personas.
Traíamos fotografías de los chicos, traíamos lonas y unas cartulinas… Y por supuesto llegamos y no nos recibió nadie. Jamás nos dieron la atención. Pero eso sirvió, porque llegaron periodistas y se le dio difusión al caso.
Yo estoy en contacto con Julio Mata Montiel, él acompaña el caso de Tita Radilla y me asesoraba a distancia. Y él me insistía por teléfono: “María Luisa, haz un colectivo, María Luisa, haz un colectivo.”
Yo no quería un colectivo. Y me decía “mira, los colectivos se vienen a México a marchar”. Y le decía: “yo lo que quiero es encontrar a mi hijo y en una marcha no lo voy a encontrar”.
Yo andaba por allá, en mi búsqueda desesperada para encontrar a mi hijo. Recurrimos de todo: con los que leen las cartas, con los espiritistas, y son personas peores que los que se los llevan, te torturan horrible emocionalmente.
Por teléfono le digo a Julio “oye, Julio, necesito que vengas a Puebla, quiero platicar contigo”. Venimos Lucía— la mamá de Abraham y de Vicente—y yo a algo a Fiscalía, y viene Julio. Y le dije: “Oye, ¿qué hay que hacer para formar un colectivo?”. Y me dice: “nada”. Le dije “cómo, en serio, yo sé que para constituir una asociación hay que ir al Notario Público etcétera, etcétera”.
Yo andaba con las emociones a flote. Estábamos ahí sentados y les digo “si yo ahorita digo ‘oye, hoy soy colectivo’, ¿ya está?”
Y me contesta “En serio María Luisa, los colectivos no tienen la obligación de constituirse ni nada por el estilo”.
Lo primero que hice después de eso dije, okay, a partir de ahí somos el Colectivo Voz de los Desaparecidos en Puebla.
DMP: Así nace el colectivo aquí en Puebla. Y, ¿cómo ha sido esta experiencia de organización?
MLNB: Primero empiezo a revisar en redes sociales y empiezo a buscar las publicaciones de desaparecidos en Puebla. Lo hago en una hojita y, por buena o mala suerte, lo primero que hacemos por desconocimiento es hacer una publicación y poner nuestros números personales. Digo por buena o mala suerte, porque eso se presta para las extorsiones.
Yo les decía a la gente, para que me escucharan y no me colgaran el teléfono: “mi hijo también está desaparecido y estoy fundando un colectivo”.
Decidimos hacer una manifestación en contra de la Fiscalía porque no busca, porque no investiga. Nada más hago mi convocatoria en Word, me fusilo un logotipo y convoco para ese 30 de agosto a una manifestación pacífica [Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas]. Llegaron de aquí de Puebla, llegaron de Cholula. Llegaron 14 familias.
DMP: ¿Cómo describes el trabajo del colectivo?
MLNB: El común denominador entre las familias es el mismo: inacción y omisión, revictimización y criminalización. Entonces empiezo yo a formular mis escritos al Congreso. La Ley general [en materia de la desaparición de personas], ya a un año de entrar en vigor, era letra muerta en Puebla. No había una Fiscalía Especializada, no había una Comisión de Búsqueda, no había una Ley estatal. Nada.
Fue y es así como empiezo yo sola a trabajar porque yo era la única abogada. Yo solo empiezo a trabajar y a darle forma a mis escritos y analizar y ya luego a nombrar el colectivo.
Empiezo a analizar esto y ya luego platico con las familias y las voy empezando a acompañar a la Fiscalía a revisar sus carpetas de investigación porque no los dejaban ver ni siquiera su carpeta de investigación. Ni siquiera les hacían saber sus derechos, les daban a firmar la hoja de derechos, sigue ocurriendo, pero no les explican los alcances.
Entonces cuando yo los empiezo a acompañar a la Fiscalía y ya está ahí el Ministerio Público [MP] y les digo “ay con permiso, con permiso a ver, mira, tócala: esta es la carpeta de investigación de tu caso, es tuya, tienes derecho a acceder a ella, mira”.
Y le agarraba la carpeta, y decía “revísala, tráete una libreta, como si fuera un diario, apunte la fecha, el día, todos los detalles de con quién se entrevistan”.
Cuando los Ministerios Públicos ven que yo pongo la carpeta en las manos a los familiares, y les digo que tienen derecho a revisar la carpeta, a pedir las copias que les corresponden por ley, al principio se me ponían renuentes.
“Es que no se puede, es que lo voy a revisar,” decían [los MPs]. Y yo les decía: “a ver abogado, es un derecho de la familia y es la ley, no está a tu criterio. Tienen derecho de esto y del otro y, ¿por qué no le han nombrado un asesor jurídico? ¿Y por qué no has hecho esto? ¿Y por qué no has hecho el otro? ¿Y por qué no has hecho aquello?”
DMP: Por último, quisiera entender ¿qué pasó con Esmeralda Gallardo, miembro del colectivo que fue asesinada en octubre?
MLBN: Pues sí es grave la situación. Definitivamente Esmeralda fue asesinada por los perpetradores por buscar a su hija. Ella estaba dando seguimiento a una línea de investigación que no hizo Fiscalía. Esta es la realidad, ¿no?
Justo al ser incómoda ella, pues los perpetradores la asesinan, la Fiscalía pretende lavarse las manos y argumentan que fue por un ajuste de cuentas o algo por el estilo.
Es que para ellos es muy fácil atribuirlo y desviarlo, generar esa distracción de que es un ajuste de cuentas, porque la mamá a lo mejor se metió al narcotráfico…
Como madre buscadora, tienes que entrar al mismo infierno. Lo hacemos porque si tenemos que hacer trato con el diablo, lo vamos a hacer. De manera legal las cosas no funcionan, porque ellos no quieren que las cosas funcionen. La ley es solo una herramienta, pero la voluntad y los huevos de hacer las cosas es de cada quien y eso es lo que nosotros hacemos.
Esmeralda tocó fuego. Tocó fuego porque la Fiscalía no hizo su trabajo. Era como un mensaje, o sea, esto nos va a pasar si seguimos buscando. Lo analizamos en el colectivo y dijimos: “de todas formas, yo en lo personal, ¿ya que puedo perder?”
Y, en la medida de que cada caso vaya avanzando, será un poco de justicia para mí.