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Un plantón por Palestina en la UNAM

La bandera palestina ondea frente a la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México en Ciudad de México. Foto © María Ruíz.

Reportaje • Ricardo Balderas • 9 de mayo, 2024 • Read in English

Sofía González piensa sus respuestas con toda la fuerza de su memoria y habla con la seriedad de quien ha practicado y ejercido la lucha social. Ella es una estudiante que logró hacerse de un espacio en una de las universidades con más prestigio del país.  

También es una de las voceras de la Asamblea Interuniversitaria y Popular en Solidaridad con Palestina (AIPSP) que ha convocado un plantón exigiendo un cese de fuego en Gaza en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El primer comunicado del AIPSP exige el “alto al genocidio y fin de la ocupación sionista” en Gaza. También hace un llamado para el rompimiento de relaciones diplomáticas entre México e Israel, un fin al entrenamiento de las fuerzas armadas mexicanas por parte de fuerzas israelíes, y un fin a las relaciones académicas entre la UNAM y universidades de Israel.

En el centro del plantón donde González organiza junto a sus colegas las actividades, hay una carpa. Ahí, un grupo de profesores y estudiantes venden libros sobre el marxismo y ensayos feministas. Es un verdadero oasis de discusión entre quienes habitan las aulas y quienes las ejercen. 

“La represión es intolerable. Este plantón es en respuesta y solidaridad a lo ocurrido en la franja de Gaza pero también a lo ocurrido en universidades de Estados Unidos”, dijo González. “Por este motivo nos reunimos”.

“Hicimos la asamblea, discutimos sobre los puntos importantes y realizaremos más actividades hasta que dejen de matar palestinos y palestinas”, la estudiante agrega.

Ya por la tarde y sin la severidad del calor sobre las mantas, las personas asistentes, comenzaron a repartir agua, alimentos y folletos. Se disponían a recitar los acuerdos y exigencias pactados durante la asamblea que les convocó. 

La UNAM de pie

“Estamos levantando un campamento en contra del genocidio salvaje que se está cometiendo en Gaza y en apoyo a los estudiantes de Estados Unidos y Francia”, explicó Guadalupe Carrasco Licea profesora universitaria, quien dirigía una rueda de prensa para medios de comunicación el pasado jueves.

Con dicho esfuerzo, agregó, la aglutinación de estudiantes espera que otras causas convergen ahí, junto a quienes esperan la paz y denuncian la muerte. 

Al llamado de la profesora por acompañar el plantón con otras luchas dentro de Ciudad Universitaria asistieron rápidamente otros grupos de atención primaria. Feministas, población de la diversidad sexual, colectivos marxistas, sindicatos y hasta artistas ocuparon la voz y exigieron un alto al fuego.

La UNAM no ha desalojado la acampada, sino que respondió que “la tolerancia es un valor irrenunciable”. No ha habido intentos de desalojo o violencia contra las personas acampadas, incluso algunos estudiantes explican que la UNAM apoyó con servicios de agua potable.

La acampada en la UNAM empezó mientras en EE.UU. policías iban desalojando protestas similares, arrestando a miles de estudiantes. “No hemos tenido comunicación con otros estudiantes, al ser un movimiento internacional y aunque no tengamos esta comunicación hay reciprocidad entre las necesidades de las personas universitarias, por esto es que nos sentimos acompañadas [a través de] las consignas, las tareas y las necesidades que compartimos todas”, explica González.

Foto del plantón en las Islas de Ciudad Universitaria, UNAM. Foto © María Ruíz.

La asamblea interuniversitaria popular

A pesar de algunos intentos por desestimar esta lucha estudiantil, argumentando que se requiere explicación sobre los recursos con los que los y las estudiantes operan estos plantones, la realidad en la UNAM es mucho más sencilla de explicar. 

El contingente propalestino requiere solamente agua, banderas y casas de campaña; se trata de una exigencia solidaria y un llamamiento a la paz en el Oriente Medio.  

Fue llamado por la agrupación estudiantil “Izquierda Revolucionaria” de la mano de una librería de nombre Libres y Combatientes y por el Sindicato de Estudiantes Universitarios, todas ellas agrupaciones sólidas y con un amplio criterio de la política universitaria. 

En conjunto, el plantón que comenzó el día jueves 2 de mayo con la rueda de prensa aglutina a aproximadamente 30 casas de campaña con más de 50 estudiantes, todo ellos en activo. Es decir, se trata de un grupo de estudiantes quienes, además de sus labores como integrantes de la comunidad UNAM, construyen una idea de un mundo mejor. 

La asamblea y el plantón son prácticas comunes en la UNAM. Por ejemplo, existe aún el plantón feminista de la Facultad de Filosofía, otro movimiento por los derechos civiles y por la seguridad de las estudiantes y profesoras del Centro Universitario, que se encuentra dirigido por la colectiva Mujeres Organizadas de la Facultad de Filosofía (MOFI). 

Por su parte, la Asamblea Interuniversitaria y Popular en Solidaridad con Palestina hasta el momento ha logrado la adhesión de algunas instituciones y universidades. En ese contextos ahora participan del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ); Silvana Rabinovich de El Colegio de México (COLMEX); y otro contingente de la Universidad Autónoma Metropolitana campus Iztapalapa (UAM-I).

De este modo, las prácticas de acción popular son parte de la vida universitaria, y surgen de la necesidad de los estudiantes por despertar conciencias.

“Llamamos a la juventud y a la clase trabajadora a participar en las acciones de solidaridad”, dice el pronunciamiento que emiten lxs luchadores estudiantiles. “Nuestrxs hermanxs de Palestina no están solxs, no nos quedaremos quietos mientras Gaza es ahogada en escombros y sangre”.