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Luchando por la libertad en el Wallmapu

Ilustración de @PazConNadie para Ojalá.

Entrevista • Madeleine Wattenbarger • Noviembre 29, 2024 • Read in English

A la comunidad autónoma mapuche de Lof Rofue se llega a través de un camino de terracería bordeado por árboles y conectado con la carretera, tras un viaje en autobús de diez minutos desde la ciudad de Temuco, capital de la región de la Araucanía en el sur de Chile.

Cuando visité la comunidad a principios de este año, dos banderas azules con una estrella blanca de ocho puntas conocida como el guñelve marcaban el camino. Entre ellas ondeaba una pancarta con el nombre de Luis Tranamil, un mapuche de 33 años que cumple una condena de 32 años de cárcel en Temuco.

El hermano mayor de Luis, Fidel Tranamil, me dio la bienvenida en un viejo jeep. A través del camino llegamos a un claro, antes de contornear campos salpicados por casas modestas, un paisaje que se asemejaba poco al de los alrededores. 

Gran parte del resto de la Araucanía está cubierta de monocultivos que se pierden en el horizonte. Allí, empresas forestales mantienen cultivos de pinos y eucaliptos que absorben enormes cantidades de agua para el mercado forestal internacional. La sobreexplotación del agua por la industria ha provocado un estado permanente de sequía. En verano, helicópteros surcan el cielo para sofocar los incendios forestales que arrasan la región. Fidel incluye a su hermano entre las varias decenas de presos políticos vinculados a la lucha por la liberación nacional mapuche en todo el Wallmapu, nombre mapudungún del territorio histórico mapuche.

Fidel, grande como un oso y de voz suave y firme, tiene 35 años y es el machi de la comunidad, un papel de liderazgo tradicional similar al de un curandero, además de ser una figura destacada en el movimiento por la autonomía mapuche. 

En diciembre de 2023, Luis fue declarado culpable de haber matado a tiros al agente de policía Eugenio Naín en 2020, a pesar de que el juez reconoció que no portaba arma. El asesinato de Naín sirvió de justificación para una nueva ley, aprobada en tiempo récord por el presidente Gabriel Boric, que permite a los agentes de policía abrir fuego sin necesidad de que les disparen primero. Fidel cuenta a su hermano entre las varias decenas de presos políticos vinculados a la lucha por la liberación nacional mapuche en todo el Wallmapu, nombre mapudungún del territorio histórico mapuche.

El 22 de enero de 2024 hablé con Fidel en su casa en Lof Rofue, una modesta vivienda hecha de madera con un alto tejado de dos aguas, ventanas de cristal y pocos muebles. Vacas y caballos deambulaban pastando bajo el sol del verano, y gatitos y cachorros rodaban por el suelo donde sus hijos jugaban. Nuestra conversación ha sido editada por motivos de claridad y extensión.

Madeleine Wattenbarger: ¿Dónde estamos y cuál es la historia de este lugar?

Fidel Tranamil: Aquí es tierra recuperada de colonos suizos por medio de ocupación de tierras más que por la vía legal. En 1971 nuestros abuelos recuperaron la tierra y, con la contrarreforma de Pinochet, los colonos la retomaron. Desde 2009, tenemos la ocupación efectiva. 

No es algo que se nos ocurrió ayer. Estamos peleando algo que nos pertenece. El único lugar en el mundo que pudo parar a la corona española fue el pueblo mapuche. En el Parlamento de Quilín, en 1604, se logró firmar un tratado con el gobierno español de reconocernos como nación. Por 300 años, del río Biobío para abajo, tuvimos independencia de Chile.

Buscamos recuperar lo que a nosotros se nos arrebató. Damos la pelea directamente con los ricos, que son los forestales y los latifundios. El estado protege al capital y cuando el Wallmapu se levanta en la reconstrucción nacional mapuche viene la represión política, judicial; militarmente se empieza a reprimir. Gabriel Boric habló mucho de lo que iba a cambiar y tenemos tres años de un estado de excepción, que no tuvimos ni con el fascista Piñera.

MW: ¿Cómo fue detenido y sentenciado Luis?

FT: Luis fue acusado de asesinar al cabo Eugenio Naín, solo porque sabía que lo iban a matar. Lo mataron 500 metros más allá de la entrada al Lof y la autoridad decidió que los que tenían que pagar los platos rotos son los Tranamil.

Fueron por Luis porque fue parte de la lucha en contra de la hidroeléctrica de la empresa Besalco, que está a cuatro kilómetros al sur de aquí. Más de 50 comunidades se unieron en contra del proyecto. No me pudieron vincular al asesinato, así que vincularon a mi hermano aunque es inocente. Fue sentenciado aunque fue absuelto de tener armamento. ¿Quién mató al cabo Naín? Es responsabilidad de la fiscalía decir quién fue, pero no pueden nada más agarrar a cualquiera.

MW: ¿Cómo fue que cambiaron de luchar por la vía de los partidos políticos al pensamiento de la autonomía?

FT: Volvió la democracia y nuestros papás que pelearon tanto por eso se dieron cuenta que fueron utilizados por el partido [comunista] para lograr un objetivo. Siguieron existiendo presos políticos. No era lo que ellos planteaban. El dictador no se fue, le dieron pensión vitalicia. Los detenidos desaparecidos no aparecieron. El mapuche fue más discriminado que antes. Les dijeron, “Ustedes, antes de ser mapuches, primero son marxistas”, y los peñis [palabra mapudungún para compa] dijeron que “No, primero somos mapuches, después somos marxistas”. De ahí comenzó el conflicto entre los partidos y la comunidad mapuche, y ahí se deslindaron.

Después de los 90s, [lxs mapuches] se retiraron de militar en los partidos y siguieron autónomamente. Dijeron, “Nosotros no somos carne de cañón para ellos, tenemos nuestra propia lógica, tenemos historia, tenemos cultura, tenemos lengua, tenemos tradiciones y avancemos”. Ahí comenzó todo, a pensar solamente como mapuche y como mapuche ejercer el derecho legítimo al territorio.

Las recuperaciones ya desde la parte autonomista empezaron de los 90 en adelante con la creación del Consejo Todas las Tierras. Después del 99 en adelante se fueron formando las organizaciones más duras como la Coordinadora Arauco-Malleco. Empezaron con la idea de ocupar la tierra, de no preguntar, de no pedir por favor que lo recuperen, sino de hacer efectiva la recuperación territorial.

MW: ¿Cuál ha sido el papel de la ley antiterrorista en la persecución de la lucha mapuche?

FT: La ley antiterrorista fue una de las leyes del estado para revivir al enemigo interno que fue el pueblo mapuche. Muchos peñis, con la ley antiterrorista, estaban en prisión preventiva. El problema fue que en el poder judicial no ganó espacio porque no hubo condenas. Hay estándares [internacionales] muy altos para probar el terrorismo, pero la ley antiterrorista sirvió para que justificaran la implementación de la represión y la judicialización del pueblo mapuche. Ya se hizo toda esa manipulación mediática, ya lo tienen implementado en el subconsciente de la sociedad chilena en general, que el mapuche es terrorista.

Hoy día la mayoría de los peñis están presos por robo de madera, los están judicializando por usurpación y están protegiendo al máximo a las policías con la ley Naín-Retamal. Son las tres leyes que vienen directamente a reprimir el avance del proceso de liberación nacional mapuche.

Nosotros decimos que el gobierno de Boric se entregó atado de pies y manos como conejito al capital, porque esa ley viene a justificar una matanza contra nuestra gente. Hoy día la policía está absolutamente protegida para llegar y pararle a cualquiera. Le llaman la ley Naín-Retamal, aquí se llama la ley gatillo fácil. Los pacos pueden matarte cuando quieran y tienen todo que ganar porque la ley los faculta.

MW: Hablan del proceso de la sanación del territorio con la recuperación, ¿cómo lo han vivido acá?

FT: Cuando los peñis entran donde estaban los forestales, cortan los pinos, sacan el eucalipto y empiezan a brotar las vertientes. Empiezan a salir los remedios ancestrales. Empieza a florecer la biodiversidad nativa. Comienza todo ese proceso del ciclo de la tierra, que es la recuperación del agua. Vuelven los animales que estaban antes. 

Nuestros hijos ya están creciendo libres. Se siembran papas, se crían animales. Los hijos antes no aprendieron mapudungún porque los padres tenían que salir a la ciudad a trabajar, ahora sí. La tierra nos da leña, carne, alimento, un desarrollo social, económico, político, espiritual, cultural. Nuestros hijos van a la escuela como otros niños pero también tienen el pensamiento mapuche. La recuperación territorial es la reconstrucción de todo.