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“Justicia con Cariño”

Lxs manifestantes tomaron la avenida donde su compañera y amiga fue atropellada, usando sus bicicletas como barda para cerrar el paso a los vehículos. Foto © Paola Macedo.

Reportaje • Madeleine Wattenbarger • 15 de agosto, 2024 • Read in English • Publicado originalmente en Alboroto el 5 de agosto, 2024

A Carolina Espinosa Caballero le quedó el apodo de Cariño, no solo por el juego de palabras con su nombre, sino por su compromiso con la amabilidad como apuesta política. Hace cuatro años, en la madrugada del 1 de agosto del 2020, la cantante, educadora popular y activista regresaba en bicicleta de un ensayo con el grupo La Sonora Criminal cuando un hombre que manejaba borracho la atropelló en Puente la Morena y Avenida Patriotismo en la Ciudad de México. El conductor, Miguel Ángel Cisneros Aquino, la mató a sus 36 años.

A cuatro años de su asesinato, este primero de agosto, decenas de personas se unieron en una rodada en bicicleta en memoria de Espinosa Caballero. Mientras el proceso penal en contra de su asesino sigue congelado, la comunidad se moviliza para buscar la justicia para Cariño y otros víctimas de siniestros viales.

La primera rodada se concretó a una semana de la muerte de Espinosa Caballero. Su prima, Alejandra Ocaña, recuerda que surgió la idea en la funeraria Gayosso, donde llegaron amistades de muchos ámbitos donde militaba. Se juntaron en las escaleras y acordaron ponerle un memorial en el cruce donde fue asesinada. A pesar de las restricciones a reuniones por la pandemia de Covid-19, docenas de personas se unieron en una rodada masiva en bicicleta. “Fue muchísima gente, no hubo conteo de las personas pero mi experiencia, veía hacia atrás en la calle y veía un montón de cabecitas”, afirma Ocaña. En un poste en la esquina donde mataron a Caro, levantaron una bicicleta blanca con la leyenda “Ternura, cumbia y revolución”.

Tardó casi un año para que la fiscalía capitalina reclasificara el caso de homicidio culposo a homicidio doloso. Al lograr la reclasificación, el conductor se dio a la fuga y, hasta ahora, el proceso penal sigue congelado.

En 2023, después de la tercera rodada de memoria y protesta, se juntaron amigas de Espinosa Caballero y compañerxs de lucha, entre ellos los Resiste Pedal, Chingona Sound y Voces Afectivas, y fundaron la Organización 1 de agosto. Este año se sumaron integrantes del taller Enchúlame la Bici y Todas queremos llegar a casa. En la ausencia de una resolución penal, además de buscar el cumplimiento del orden de detención del asesino de Espinosa Caballero, recurren a la memoria de Cariño para repensar la justicia.

Una movida colectiva

En la tarde del jueves 1° de agosto del año en curso, unas 30 personas se unieron en sus bicicletas bajo el cielo nublado en la Glorieta de las Mujeres que Luchan en el Paseo de la Reforma en el centro de la Ciudad de México. Cecilia Vega, compañera de Espinosa Caballero de la Red Latinoamericana Feminista, llegó para participar por cuarta vez en la actividad. “Siempre es importante para nosotras estar aquí presentes, para que su corazón siga latiendo, porque ahora es parte de nuestras ancestras”, afirmó Vega. “Mantener en la memoria su presencia, su activismo, diciendo que no se ha hecho justicia, que el asesino sigue libre”.

En muerte como en vida, Caro cataliza un proceso de lucha colectiva que la trasciende. Erandi Villavicencio, amiga y comadre de Caro y también compañera de La Sonora Criminal y la Red Latinoamericana Feminista, recuerda su forma única de acercarse a las personas. “Este vínculo, esa complicidad que logró tener con quienes nos organizó me parece bien bonito”, Villavicencio contó desde Ecuador en una entrevista virtual con otras integrantes de la Organización 1 de agosto el 29 de julio, 2024. “Es ver la política desde otro lado, como un lugar donde puedes contar las cosas que te duelen, que te afecten, sin caer en el discurso de cómo se debería de actuar, siempre estar atenta, compartiendo pero también con pensamiento crítico”.

Esa ternura llevó a Espinosa Caballero a muchos espacios, a menudo madrugando para atravesar la ciudad en bici para sus diversas actividades. Además de estudiar arte e historia, daba clases en un bachillerato popular en el norte de la ciudad, donde infundía sus lecciones de inglés con un espíritu crítico. Pasó los últimos meses de su vida acompañando a madres buscadoras en el Zócalo como parte de la colectiva feminista Voces Afectivas. Como cantante principal de La Sonora Criminal y Valentina Conde y la Voluntad, grupos de cumbia que cantaban letras de denuncia social, Espinosa Caballero tomaba el escenario con un fervor deslumbrante, su voz un aullido que canalizaba el dolor y la rabia de las víctimas de feminicidio y desaparición.

Desde la muerte de Caro, La Sonora Criminal se disolvió. “Ahora Caro es lo que nos une”, afirmó Mafe Carrillo, que tocaba el güiro en el grupo y ahora aportó sus reflexiones desde Medellín. “Todo ese activismo vial es de las grandes semillas que dejó”.

La memoria contra las muertes viales

Esa voz de protesta resonó en los gritos de las manifestantes rodantes, que partieron bajo una lluvia esporádica al coro de “¡Cariño vive! ¡La lucha sigue!”.

Por unos minutos, frente a insultos de automovilistas, tomaron Bucareli afuera de la Secretaría de Gobernación, donde anunciaron que el día posterior se entregaría un pliego petitorio que exige una serie de medidas para terminar con las muertes viales.

Entre ellos, piden mejorar la infraestructura peatonal y ciclista, reducir la velocidad en zonas urbanas e implementar exámenes teóricos y prácticos para obtener una licencia de conducir. También exigen el retiro de concesiones de transporte público a empresas privadas, que implicaría a empresas como el Metrobús, implicado en varios casos de atropellamientos a ciclistas.

Es el recuerdo de Caro que lleva a sus amigas ampliar su visión de justicia y extenderla a otras víctimas. “En algún momento estábamos muy enojades, que tenemos que encontrar al tipo, lo tenemos que quemar vivo. Siempre era la pregunta que su mamá hacía: ‘¿Qué haría Caro? Caro lo hubiera perdonado’, decía su mamá”, reflexiona Villavicencio. “Y también qué es el perdón, que no es el mismo que el olvido, que no es lo mismo que impunidad. Y ahí sí fue un replanteamiento de parte de la organización”.

Héctor, integrante de colectivos de ciclismo y de la organización 1° de agosto, se unió a la lucha después de que le solicitaron su apoyo en una de las primeras rodadas por Espinosa Caballero. “A pesar de no conocerla la siento como una especie de catalizador, de unión, de poner las coaliciones para que pasen las cosas desde el fuego interno, desde el amor, la empatía”, afirma también en entrevista virtual. “Dejó ese legado de unirnos por un proyecto, que esto no se vuelva a hacer, que no haya una muerte más. No es solo justicia por Cariño sino una especie de justicia como lo haría Cariño, desde la perspectiva de Cariño”.

Agrega Villavicencio, “Justicia con Cariño”.

Cariño en la calle

Con las voces unidas en la consigna de “No más muertes viales”, lxs manifestantes rodantes atravesaron el tráfico de la hora pico, tomando los carriles de Insurgentes entre sonidos de claxon. Al llegar a Puente de la Morena y Patriotismo, donde la bici blanca sigue alzada, se desplegaron por el asfalto, plantaron sus bicicletas en frente de los vehículos que esperaban cruzar y, con una cinta hecha de lonas de propaganda electoral, rodaron el crucero y cerraron la calle.

El lugar es un punto rojo para muertes viales en la ciudad. Integrantes de la organización 1° de agosto contabilizaron que desde el año 2000 a la fecha, 20 personas murieron en Patriotismo y Puente de la Morena (la figura incluye peatones atropellados, un feminicidio y tres trabajadores que cayeron de un edificio por no contar con equipo de seguridad). Mientras lxs ciclistas enfrentaban los agravios de motociclistas, cochistas y trailers que buscaban pasar por alto la protesta, integrantes del colectivo Chingona Sound plantaron una carpa en medio de la avenida, conectaron una planta de luz y montaron un sonido. Al anochecer, el ritmo de un reggae resonaba sobre Avenida Patriotismo entre las intervenciones de Jimena Luna Negra y Sonora Mulata.

Fue después de las once de la noche cuando ya levantaron el plantón y las últimas bicicletas. Antes de que el tráfico empezara a fluir otra vez sobre la avenida, de un teléfono celular sonó una cumbia: nunca, pero nunca, me abandones, Cariñito.